Los antiinflamatorios no esteroideos son un tipo de medicamento químicamente variado que busca principalmente funcionar como antiinflamatorio y analgésico para problemas musculares y articulares, disminuyendo de manera considerable los dolores, la inflamación y en alguno casos la fiebre que producen los problemas de artritis, reduciendo la producción de enzimas en el organismo.

No obstante, los antiinflamatorios no esteroideos, no suelen ser utilizados solos en el tratamiento para la artritis reumatoide, pues no pueden limitar la evolución de la enfermedad, por el contrario, si se utilizan bajo un régimen constante, pueden ser contraproducentes en el control de la misma.

Razón por la cual se utilizan estos antiinflamatorios

El organismo humano produce antiinflamatorios naturales como mecanismo de protección muscular y articular, sin embargo, estos traen una cantidad considerable de efectos secundarios al organismo debido a su origen esteroideo.

Estos efectos pueden ser cambios hormonales que llegarían a causar problemas renales o incluso fomentar el desarrollo de tumores.

Los antiinflamatorios no esteroideos se han creado para contrarrestar el efecto de las hormonas antiinflamatorias naturales del organismo, de manera que sus efectos secundarios se vean suprimidos y evitar un daño mayor en las articulaciones así como también en diferentes órganos primarios del cuerpo humano.

Antiinflamatorios no esteroideos más comunes

El más utilizado por los pacientes de artritis reumatoide gracias a su rápido y constante efecto, siendo el que más recomiendan los médicos es el ácido acetilsalicílico, más comúnmente conocido como “aspirina”.

Un fármaco que está químicamente desarrollado para fungir de antiinflamatorio, analgésico y antipirético, de la misma forma en que puede ayudar a reducir la producción de plaquetas en el organismo y ser anti trombótico, por lo que también se utiliza para prevenir el infarto de miocardio.

Otros de los antiinflamatorios no esteroideos más comunes son el ibuprofeno y el naproxeno, siendo derivados del ácido propílico, al igual que el paracetamol, aunque este último, no contiene una gran cantidad de antiinflamatorio dentro de su estructura química.

Estos medicamentos son los más comunes para reducir la rapidez en la evolución de la artritis reumatoide, sin embargo, no son capaces de detenerla pues esta es una enfermedad para la cual, todavía no se encuentra una cura.

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