Cuando conocemos a alguien con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), tendemos a examinarlo y observarlo más que escucharlo. Sin embargo, si tenemos a un familiar, amigo o compañero de trabajo con este trastorno, tenemos que tomarnos el asunto muy en serio.
Es comprensible juzgar antes de saber la verdadera razón porque no todos tenemos conocimiento de los trastornos. La ignorancia puede convertirse en un obstáculo para quienes los padecen. Y así como el trabajo de ellos es el de combatir dichas enfermedades, el de nosotros es el de educarnos sobre el tema.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es una irregularidad cerebral que afecta la capacidad que tiene una persona para mantener la atención y que también presenta problemas para las relaciones interpersonales, una inestabilidad emocional e inquietud en el cuerpo.
Se debe a una alteración negativa que se genera en los lóbulos frontales. Están ubicados en el cerebro y tienen como función coordinar las funciones ejecutivas, es decir, las de conducta, atención y planificación. También tienen que ver con las sensaciones motivacionales.
Maneras de relacionarse con alguien con déficit de atención
Lo principal y más importante es escucharlos. Por nuestra cotidianidad y estilo de vida tan rápido, tendemos a perder la paciencia fácilmente con cualquier persona cuando se trata de poner atención a lo que nos está comunicando. Aquí tenemos que esforzarnos por escuchar realmente a la persona.
Escucharlos y responderles de una manera apropiada. Si se trata de un niño, hay que preguntarle sobre él, sobre cómo se siente, cómo estuvo su día, cómo estuvieron las clases y qué aprendió, y después escuchar sus respuestas con toda la atención posible.
Es recomendable hablarles de vez en cuando sobre su trastorno y sugerirles que visiten periódicamente a un psicoterapeuta.
Una adecuada comunicación asertiva genera que la persona con déficit de atención comparta sus ideas, opiniones o cualquier otro mensaje con respeto. También puede ayudarlos a tener una tranquilidad corporal, estar seguros de sí mismos y atentos a lo que dice el otro.
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