A pesar de que el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el Trastorno de oposición desafiante tienen ciertas similitudes, no son el mismo patrón, y aunque suele ser un poco difícil diferenciarlos, aquí te explicamos brevemente de que trata cada uno.
Ira vs impulsividad
Uno de los síntomas que caracteriza al TOD, es la ira. El niño suele discutir con los adultos, es rencoroso, se molesta con facilidad y culpa a los demás de sus errores. En cambio, el TDAH se caracteriza porque el niño es impaciente, no piensa antes de actuar, interrumpe constantemente y tiende a tocar todo lo que ve.
Ambos trastornos se presentan en la infancia y el patrón debe durar al menos 6 meses. El comportamiento del niño debe ser distinto al de los otros niños de su edad, e incluso impedirle socializar normalmente.
Reconocimiento
Si el niño presenta alguna de estos síntomas, es importante llevarlo a un especialista en salud mental para que le haga las respectivas pruebas.
Es posible que el trastorno se presente con alguna comorbilidad por lo que es más complicado su diagnóstico y que la respuesta al tratamiento sea menor de lo esperado.
Tratamiento
Con un tratamiento efectivo y a tiempo, el niño podrá disfrutar de una vida sana y normal. Para esto es necesario que los padres estés informados sobre el respectivo trastorno y que el niño sea tratado por un experto en terapia individual.
En algunos casos, los niños con TOD, crecen desarrollando un trastorno de personalidad antisocial. Y los que padecen TDAH, debido a la impulsividad, pueden poner su vida en peligro con situaciones conflictivas. Por esto, es importante tratarlo a tiempo y con el cuidado que merece.
Como padres, no hay que aplicarles a los niños castigos muy severos ni maltratarlos. El rechazo y el maltrato solo ocasionarán que el niño sufra más y presente los síntomas del trastorno.
A pesar de que no tienen cura, pueden ser tratados fácilmente ayudando, tanto al niño como a los padres, a sobrellevar la situación de buena manera.
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