Es bastante normal confundir la melancolía o tristeza momentánea con depresión, la diferencia con esta última es que es  más severa y mucho más prolongada, y por lo general para sobrellevarla hace falta un tratamiento de depresión pertinente.

¿Qué es la depresión y cuáles son sus causas?

Antes de hablar de tratamiento de depresión,  primero hay que dejar claro lo que esto significa. La depresión es una enfermedad psicosomática, es decir que afecta física y mentalmente a quien la padece, sus síntomas pueden manifestarse con desinterés de la persona, baja autoestima, odio o rabia hacia sí mismo, pensamientos constantes de suicidio o muerte, ansiedad, pérdida de placer, pérdida del apetito, insomnio y tristeza. Quienes experimentan estos síntomas, sin duda alguna se ven afectados en el desempeño diario tanto en el trabajo, como en los estudios y la manera en que se relacionan con otros.

 ¿Pero cuáles son sus causas?, pueden ser diversos los factores que causan esta enfermedad; factores genéticos, la probabilidad de sufrir de depresión aumentan hasta en un 30% si existen antecedentes familiares diagnosticados con esta; factores fisiológicos, enfermedades como la diabetes y amenorrea están relacionadas con la manifestación de la depresión en las personas; factores personales y ambientales, la edad y el sexo pueden influir considerablemente en su aparición, además de estar en situaciones que generen constante estrés, como vivir en un entorno de drogadicción y/o alcoholismo.

Tipos de depresión

Depresión psicótica: tiene que ver con síntomas como delirios y alucinaciones como ruptura de la realidad, generalmente las personas que sufren de depresión psicótica escuchan voces que le dicen que debe hacerse daño o que simplemente no valen nada.

Depresión mayor: se presenta con uno o más episodios diarios de depresión, durante al menos dos semanas. Este tipo de depresión es tan grave que el sujeto no puede continuar con sus prácticas normales y cotidianas como trabajar o mantener contacto con las demás personas.

Distimia: al compararla con la depresión mayor, la distimia es menos grave, y pasa menos desapercibida, puede prolongarse por meses e incluso años de forma intermitente.

Depresión estacional: los cambios psicosomáticos experimentados por la persona se da particularmente en una estación del año, que por lo general es invierno.

Depresión posparto: suele ser frecuente que, las madres menores de 20 años sufran de este tipo de depresión. De igual manera, esta puede presentarse de forma moderada o intensa, debido a los múltiples cambios físicos y mentales que sufre la mujer después del parto.

Tratamiento de depresión

Teniendo en claro los síntomas de la depresión y sus tipos, la sospecha o el diagnostico de esta no debe tomarse a la ligera, pues pueden tener consecuencias graves en la persona como autolesiones e incluso el suicidio.

Aunque el apoyo y comprensión de amigos y familiares puede influir positivamente en el tratamiento de depresión, este debe ser tratado de dos formas posibles, con tratamiento psicoterapeuta o tratamiento farmacológico.

Psicoterapia: generalmente esta es la primera opción para tratar la depresión, y puede tratarse al paciente a corto (20 semanas) o largo plazo dependiendo de su caso particular.

La terapia cognitiva-conductual y la terapia interpersonal son las más usadas para tratar cuadros de depresión, la primera está orientada a enseñar nuevas formas de comportarse y de pensar positivamente, la segunda pretende ayudar a las personas a mejorar las habilidades de comunicación con amigos y familiares. Sin embargo, cuando la psicoterapia no llega a ser suficiente para tratar una depresión grave, se suele complementar con farmacológicos.

Tratamiento farmacológico: este tipo de tratamiento de depresión suele usarse solo en pacientes diagnosticados con depresión moderada a grave, debido a que este puede tener una alta probabilidad de recaída, ya que estos fármacos normalizan las sustancias químicas como neurotransmisores que se encuentran en el cerebro y ayudan a regular el estado de ánimo.

Sin embargo, existe una tercera forma cuando el riesgo de suicidio es demasiado alto y los fármacos ni psicoterapia no generan el efecto deseado en la persona; Terapia electroconvulsiva.

A pesar que esta terapia, también conocida como ‘terapia de choque’, en el pasado no tenía una buena reputación, en la actualidad gracias a los avances tecnológicos y estudios realizado puede ofrecer alivio a la personas con depresión. Esta terapia se aplica varias veces a la semana, pero al ser progresivo se van disminuyendo las sesiones a una vez por semana y luego el tratamiento es mensual.

 

 

 

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